Acciones

¿Qué son las acciones?

Las acciones, también conocidas como títulos de renta variable, representan la propiedad parcial de una empresa que cotiza en bolsa. Cuando una persona posee una acción, es esencialmente propietaria de una parte de esa empresa y, dependiendo de la clase de acción, puede tener derecho a voto y a una parte de los beneficios de la empresa en forma de dividendos. Las acciones son uno de los instrumentos financieros más negociados del mundo, valorados tanto por su potencial para generar crecimiento del capital como por su papel en la diversificación de la cartera.

Operar con acciones a través de CFD

Tradicionalmente, los inversores han accedido al mercado bursátil comprando acciones directamente a través de un agente de bolsa. Aunque esto ofrece plena propiedad, también conlleva ciertas limitaciones normativas -como restricciones a las ventas en corto y requisitos de negociación diaria- que pueden ser restrictivas para los operadores más activos.

En Investico, las operaciones con acciones se realizan exclusivamente a través de Contratos por Diferencia (CFD). Este método permite a los operadores especular con la evolución del precio de una acción sin poseer el activo real. La negociación de CFD elimina las barreras operativas asociadas a la propiedad directa y permite una mayor flexibilidad, incluida la posibilidad de ir en corto y sacar provecho de la caída de los precios.

Valores populares entre los operadores

Con miles de empresas que cotizan en bolsa en todo el mundo, el comercio bursátil ofrece un enorme abanico de oportunidades. Sin embargo, algunas empresas atraen constantemente la atención de los operadores de todo el mundo por su tamaño, innovación y relevancia en el mercado. Gigantes tecnológicos como Apple, Amazon, Microsoft y Meta figuran sistemáticamente entre los valores más negociados. Otros nombres que se negocian con frecuencia son potencias orientadas al consumidor como Disney, líderes minoristas como Walmart y dinámicos innovadores como Tesla.

Estas empresas no sólo se benefician de un fuerte reconocimiento de marca, sino que también tienden a generar un flujo regular de noticias, lo que puede impulsar los movimientos de precios a corto plazo, un factor clave para los operadores de CFD.

Ejemplo de operación: Ir en largo en Apple

Suponga que prevé que las acciones de Apple subirán tras el lanzamiento de un nuevo modelo de iPhone. Antes del lanzamiento del producto, Apple cotiza a 120 $. Usted abre una posición en CFD comprando 10 contratos, cada uno de los cuales representa 100 acciones, lo que le da una exposición a 1.000 acciones o 120.000 dólares de valor de mercado.

Con un apalancamiento de 20:1, el margen necesario es de sólo 6.000 $.

Si el precio de las acciones de Apple sube a 130 $, su posición gana 10 $ por acción, lo que supone una rentabilidad de 10.000 $. Eso es más del 160% de su margen inicial. Por el contrario, si el precio cae a 110 $, sufrirá una pérdida de 10.000 $. Este ejemplo pone de relieve cómo el apalancamiento puede aumentar tanto la rentabilidad como el riesgo.

La relación entre acciones e índices

Las acciones no sólo se mueven de forma aislada, sino que también influyen en mercados más amplios. Los índices bursátiles como el S&P 500, el Nasdaq 100 y el Dow Jones Industrial Average se componen de valores individuales y sirven de referencia para medir el comportamiento del mercado.

En los índices ponderados por capitalización, la influencia de una empresa se basa en su capitalización bursátil. Las empresas más grandes, como Apple o Microsoft, tienen un mayor impacto en el rendimiento del índice. El S&P 500 y el Nasdaq 100 siguen esta estructura. En cambio, los índices ponderados por precio, como el Dow Jones Industrial Average, dan más peso a los valores de mayor precio, independientemente del tamaño de la empresa.

Estas relaciones significan que los movimientos significativos de los principales valores pueden propagarse a través de los índices a los que pertenecen, creando nuevas oportunidades para los operadores que siguen estrategias macroeconómicas o basadas en el impulso.

Ventajas de negociar acciones con CFD

Una de las principales ventajas de negociar acciones mediante CFD es la flexibilidad. Los operadores pueden beneficiarse tanto de mercados alcistas como bajistas sin las limitaciones de la propiedad tradicional. Además, el mercado de valores ofrece abundantes oportunidades, con miles de empresas de todos los sectores, regiones y niveles de capitalización.

Muchos valores también responden bien al análisis fundamental, ya que los precios suelen reflejar la salud financiera de una empresa, los resultados de sus beneficios y las tendencias del sector. Este comportamiento puede respaldar estrategias de negociación más predecibles, especialmente cuando se combina con el análisis técnico.

Los CFD también permiten a los operadores utilizar el margen, obteniendo exposición a posiciones más grandes con una inversión inicial menor.

Riesgos y consideraciones

Como cualquier producto apalancado, operar con CFDs sobre acciones conlleva un riesgo significativo. El apalancamiento puede aumentar las ganancias, pero también las pérdidas. Un pequeño movimiento adverso en el mercado puede tener un gran impacto en el capital, por lo que la gestión del riesgo es esencial.

Otro reto es el nivel de conocimientos necesario para operar con éxito en bolsa. Los mercados de renta variable se ven influidos por una amplia gama de factores, desde los informes de beneficios y los datos macroeconómicos hasta los cambios normativos y los acontecimientos geopolíticos. Los operadores deben mantenerse informados y estar preparados para reaccionar con rapidez a las cambiantes condiciones del mercado.